La 'Due Diligence' en Startup: Qué supone y cómo prepararse para superarla con éxito

8 de Juliol 2024 · VIR Corporate Finance

La entrada de inversores cualificados (fondos de venture capital, family offices, grupos de inversores, etc.) como inversores en una startup, habitualmente conlleva el requerimiento por parte de estos de llevar a cabo un proceso de due diligence, algo para lo que los fundadores del negocio deberán estar preparados. Para superar con éxito este trámite es importante que, desde el inicio de la startup, los emprendedores sean diligentes en el cumplimiento de todas las obligaciones contables, fiscales, laborales y legales.

Los inversores pueden estar dispuestos a asumir riesgos de negocio al que asumirían si invirtieran en una empresa con una trayectoria consolidada. Sin embargo, no están dispuestos a correr determinados riesgos o contingencias en su inversión por una mala gestión realizada por los emprendedores.

Para detectar esas posibles contingencias, los inversores, ayudados por sus asesores, ponen en marcha un proceso de revisión de diferentes áreas de la startup donde pudieran existir esos riesgos. Este proceso es lo que se denomina due diligence.

¿En qué consiste la Due Diligence?

La due diligence se lleva a cabo con carácter previo a la ejecución de la inversión, dentro del periodo de negociaciones entre las partes, una vez que el inversor ya ha acordado con los emprendedores o fundadores (de manera no vinculante en la mayoría de los casos) los términos y condiciones económicas en las que está dispuesto a realizar la inversión (Term Sheet o LOI), siempre que, claro está, la due diligence dé un resultado satisfactorio para el inversor.

El proceso habitualmente es realizado por los asesores del inversor, los cuales, para empezar este proceso, envían a los fundadores de la startup un listado más o menos amplio de la documentación e información que necesitan que se les facilite para su revisión (Information Request List o IRL o check list). Desde ese mismo momento los fundadores de la startup se embarcan en la ingrata tarea de buscar papeles y contestar a todas las preguntas que el asesor designado por el inversor les formule. Lógicamente, el suministro de toda esta información podrá estar amparado por un acuerdo de confidencialidad que las partes habrán firmado a estos efectos.

La revisión se lleva a cabo en un dataroom virtual, donde los asesores autorizados pueden tener acceso a toda la información solicitada. El inicio del proceso se lleva a cabo con una reunión entre todas las partes, denominada Kick off meeting o reunión de lanzamiento, donde los asesores y la Compañía se conocen y la compañía hace una pequeña presentación de su actividad, historia y trasmite aquella información que se considere relevante conocer antes del inicio de la due diligence.

La rapidez del proceso va a depender en gran parte de la eficiencia de los fundadores y su gestores en preparar la información y documentación solicitada y las respuestas a las preguntas solicitadas por estos (QyA). Por tanto, es conveniente que mientras se está negociando las posibles condiciones de la ronda los fundadores reciban ya el IRL para que de forma paralela puedan preparar la documentación y así en el momento de la firma de la LOI o Term sheet ya se pueda iniciar de forma rápida la DD.

Es habitual pensar por parte de los fundadores que el proceso de la due diligence será rápido y que recibirán pronto la financiación que necesitan del inversor, y que no se pondrá de manifiesto ningún riesgo relevante porque están convencidos de que han hecho las cosas bien. Y en determinados casos es así, pero lo cierto es que llegados a este punto pueden encontrarse con sorpresas que podrían llegar a comprometer la inversión o que el proceso se alarga más de lo estimado inicialmente.

¿Como estar preparado ante una Due Diligence de una startup?

Para que no existan factores que se identifiquen en la DD que puedan comprometer el cierre de la ronda (deal-breakers), es fundamental que los fundadores, desde el inicio de su proyecto y de la constitución de la sociedad, sean muy diligentes en el cumplimiento de todas las obligaciones y requerimientos fiscales, legales, laborales y contables, ya que de ello podría depender que una futura inversión se cierre favorablemente y en el momento en que se necesite.

Asimismo, debemos considerar que un informe de DD favorable proyecta para el potencial inversor una imagen empresarial que las cosas se hacen como es debido, lo cual genera confianza en la inversión y tranquilidad a futuro y confianza en el equipo gestor. 

 

¿Qué se revisa en una Due Diligence? 

De forma específica, en las due diligence de startups se suele prestar especial atención a los siguientes puntos:

  1. Conocer la realidad de la situación financiera y de resultados de la empresa.
  2. Identificar y cuantificar potenciales contingencias (legales, fiscales y laborales).
  3. Identificar potenciales deal-breakers.
  4. Criterios contables aplicados. En especial:
    • Inmovilizado intangible: revisión de los criterios de activación de activos intangibles así como sus criterios de amortización
    • Criterios de reconocimiento de ingresos y periodificaciones
    • Criterios de activación de créditos fiscales
    • Registro de subvenciones y préstamos
  5. Averiguar si los procesos de gestión son los adecuados para ejecutar el modelo de negocio y si el equipo cuenta con las capacidades y el know-how para el desarrollo de la actividad.
  6. Mejorar y complementar la comprensión del negocio de la startup (concentración de clientes, pérdida de clientes, etc).
  7. Entender el modelo de negocio y los drivers de crecimiento y rentabilidad.
  8. Proporcionar información sobre los KPI’s habituales y la evolución y tendencia de los mismos (MRRARRChurn rate, …) y los propios del negocio.
  9. Análisis del working capital (“NWC”) y cash flow y de la deuda financiera neta en el “closing date”.
  10. Determinar ventas y EBITDA ajustado (recurrente y normalizado), que nos permita analizar el Quality of Earnings
  11. Niveles de endeudamiento, tipología de la deuda, plazos de vencimiento y necesidades de financiación a corto y medio plazo.
  12. Facturación y saldos pendientes con empresas/partes vinculadas/socios.
  13. Garantías asumidas.
  14. Provisiones por litigios pendientes/en curso u otros pasivos ocultos.
  15. Contratos con terceros y sus condiciones.
  16. Compromisos, retribuciones, Phatom shares,
  17. Pactos de socios previos.
  18. Procedimientos internos
  19. Proveer de información que pueda dar soporte a las negociaciones finales con la contraparte y que pueda ser útil para el inversor en la redacción del contrato de compraventa (SPA).

En definitiva, permite al inversor identificar, en su caso, posibles riesgos adicionales al propio desarrollo del negocio.

Para ello, es necesario que el vendedor se implique en esta “Due Diligence” y se comprometa expresamente a facilitar toda la documentación e información que le sea requerida, en caso contrario, todo este trabajo no habrá servido de nada, ya que si la información no es veraz o es incompleta, el resultado obtenido no será el correcto o el informe no será favorable y la operación no se cerrará.

El informe de Due Diligence

El proceso de due diligence concluirá con la redacción de un informe por parte de los asesores que recogerá todos los aspectos revisados y conclusiones derivadas de la revisión realizada en las diferentes áreas, de las contingencias detectadas con su cuantificación y, en su caso, aportará aquellas recomendaciones para solucionarlas. El informe puede emitirse en formato Red Flags (es decir, solamente executive summary de incidencias/contingencias) o formato completo (es decir, descriptivo amplio).

Una vez realizada la Due Diligence y emitido el informe, es muy frecuente que la due diligence detecte riesgos o contingencias, de mayor o menor relevancia, que los fundadores quizás (seguramente) ni sospechaban. Seguro que los fundadores habrán tenido la voluntad de hacer las cosas bien, y en muchos casos lo habrán hecho, pero en otros casos puede que les haya faltado asesoramiento y que, por puro desconocimiento, la startup haya incurrido en determinados riesgos que podrían haber sido salvados con un asesoramiento adecuado.

Consecuencias de las contingencias identificadas en la Due Diligence 

La detección de riesgos en la due diligence, salvo que se trate de riesgos que puedan ser eliminados o mitigados antes de la ejecución de la inversión o que se trate de riesgos que no tengan mucha trascendencia, va a tener consecuencias en las condiciones económicas de la inversión. Estas consecuencias pueden ser variadas y depender de muchos factores, pero podríamos agruparlas en las siguientes:

  1. En caso de riesgos o contingencias sobre los que existen altas probabilidades que se materialicen y, por tanto, que se va a generar una pérdida efectiva en la compañía tras la entrada del inversor, el inversor podría proponer una rebaja en el precio, esto es, hacerse con la misma participación en el capital social de la startup que se había planteado, pero invirtiendo un importe menor que el que ofreció inicialmente.
  2. Alternativamente, el inversor podría proponer que se incluya en el acuerdo de inversión un compromiso de indemnidad, de manera que en el momento en que la contingencia detectada se materialice, ya tras su entrada en la startup, los fundadores deban indemnizar al inversor por todo el importe de la pérdida que éste haya sufrido al respecto en su condición de socio de la startup. No obstante, este tipo de cláusulas, que son muy frecuentes en acuerdos de inversión de empresas tradicionales y consolidadas, suelen tener un encaje más difícil en el entorno de las inversiones en startups, ya que los fundadores en muchas ocasiones no disponen de patrimonio ni liquidez necesaria para, llegado el caso, hacer frente a una obligación de indemnización de estas características. En este caso, a veces se ajusta con un intercambio superior en el número de acciones inicialmente entregado, que se ejecuta en el momento de materializarse el riesgo. 
  3. Que la inversión finalmente no se lleve a cabo porque, debido a la importancia y materialidad de la contingencia detectada, haya perdido su sentido económico para ambas partes.
  4. Si se trata de riesgos posibles, que podrían materializarse en el futuro o no, y cuyo importe no haga que se frustre el sentido económico de la operación, lo habitual es que las partes regulen en el acuerdo de inversión un régimen de responsabilidad objetiva (limitada en importe y tiempo), de manera que los fundadores responderían frente al inversor, dentro de los límites pactados, por los daños que este, tras realizar la inversión y ya como socio de la startup, pueda sufrir por las pérdidas o daños que esas contingencias generen en la sociedad y derivados de actos anteriores a la inversión. Esta responsabilidad de los fundadores ha de limitarse tanto en importe como en tiempo, siendo ambas variables objeto de negociación entre las partes.

Por todo lo anterior, es de vital importancia que los fundadores de una startup tengan claro que si en el futuro van a abrir la posibilidad de entrada de un inversor, casi con toda seguridad se tendrán que enfrentar a un proceso de due diligence, y que pueden prepararse para dicho proceso desde el mismo momento en que constituyan la startup, para lo cual han de ser diligentes (como el propio nombre indica) en el cumplimiento de todas las obligaciones de fiscales, legales, laborales y financieras y es, además, recomendable que se asesoren adecuadamente al respecto.

 

Todo ello ayudará a que la financiación que requiera el proyecto de la startup pueda llegar en el momento en que se demande y en la cuantía óptima, lo cual puede ser clave para la supervivencia y el éxito del proyecto.

 

En conclusión

Si usted tiene intención de entrar en el capital de una startup o en general de cualquier compañía, es altamente recomendable -por no decir imprescindible-, que se ponga en manos de expertos profesionales que analicen la situación concreta de la sociedad objeto de la operación, para que pueda valorar con garantías si es o no adecuada la inversión, y cuáles pueden ser las contingencias futuras en caso de una eventual adquisición. En caso contrario, puede cometer graves errores en cuanto a la valoración de la sociedad adquirida, o en su situación jurídica, fiscal o financiera, con importantes consecuencias que pueden ir más allá de la simple pérdida de la inversión efectuada.